Recomendaciones para el cuidado de los pies de los pacientes diabéticos

Educación al paciente Comfandi

Comfandi invita a los pacientes diabéticos y sus cuidadores, a atender a las recomendaciones de su médico, mantener el control de los factores de riesgo y los niveles adecuados de glucosa. También les entrega los siguientes consejos para mantener unos pies sanos:

A. Inspeccionar sus pies a diario para ver si tienen ampollas, cortaduras, grietas o llagas. Si no puede ver bien, utilizar un espejo o pedir a alguien que le ayude.

B. Cuidado de los pies:

Lavar los pies todos los días. Usar agua tibia (no caliente). Revisar la temperatura del agua con la muñeca u otra parte del cuerpo, no con los pies.
Seque bien sus pies. Séquelos con toques suaves de toalla. No frote demasiado la piel de los pies. Seque bien entre los dedos de los pies. Si la piel de los pies queda húmeda, pueden crecer bacterias u hongos, que pueden provocar una infección.
Mantener suave la piel. Usar crema humectante para mantener la piel de los pies suave y prevenir callosidades y grietas.
Limpiar con cuidado debajo de las uñas de los pies. No utilizar objetos cortantes para limpiar debajo de las uñas de los pies.
Use el extremo sin filo de una lima para uñas u otro instrumento redondeado.
Recortar y limar las uñas de los pies en forma recta para prevenir las uñas encarnadas (enterradas). Usar cortaúñas, no tijeras y lima de esmeril para alisar los bordes.
C. Cambiar los calcetines a diario. Las medias sin costura son las mejores, porque las costuras suelen rozar los pies. 

D. Revisar los zapatos todos los días en busca de cosas como piedrecillas o revestimiento rasgado del zapato, que puedan causar ampollas o laceraciones.

E. Comprar zapatos que le queden bien:

Buscar zapatos que tengan suficiente espacio alrededor de los dedos. Esto ayuda a prevenir juanetes y ampollas.
Probarse los zapatos con el tipo de calcetín que usará de manera habitual con ellos.
Evitar los zapatos plásticos. Éstos podrían rozar sus pies y causar ampollas.
Moldee los zapatos nuevos poco a poco usándolos no más de una hora al día durante varios días.
Tomar más tiempo para revisar los pies para zonas enrojecidas, ampollas u otros problemas después de usar unos zapatos nuevos.
F. No caminar descalzo. No usar sandalias ni zapatos con suelas muy delgadas. Las suelas delgadas se rompen con facilidad. Tampoco protegen sus pies del pavimento caliente o de las temperaturas frías.

G. Pedir al médico que le revise los pies en cada consulta. No tratar un problema del pie con remedios caseros. Los remedios o tratamientos caseros de venta libre (como los eliminadores de callos) pueden ser dañinos.

H. Siempre buscar un tratamiento temprano para los problemas de los pies. Una irritación menor puede causar un problema importante si no se trata pronto y de manera apropiada.